¿Sueña la IA generativa con el acceso abierto?
La IA Generativa (IAGen) se alimenta de contenidos producidos por el ser humano disponibles en infraestructuras digitales. Noticias verdaderas y falsas, artículos científicos y de divulgación, datos elaborados con integridad y datos manipulados: todo ello es objeto de análisis y aprendizaje automático por los modelos de lenguaje. Los sesgos humanos se reproducen en las creaciones de las máquinas, pero estas también se sirven de la ciencia más avanzada y honesta. Desde el punto de vista de la investigación, la ciencia es el combustible, la principal materia prima que nutre la IAGen. Para que esto sea posible, los contenidos científicos deben poder ser reutilizados. O bien las editoriales adaptan sus modelos de negocio para comercializar los contenidos cuyos derechos conservan o bien el personal investigador retiene sus propios derechos y comparte su trabajo de forma abierta. Los silos de información en formato físico o digital, pero de acceso restringido, corren el riesgo de ser invisibles o de estar a disposición de un número cada vez menor de personas. ¿Es este un nuevo escenario de pesadilla? Quizá. O, quizá, la ciencia abierta es el sueño de la IAGen.