Johan Rooryck: «Los investigadores individuales no deberían pagar el coste de las publicaciones en acceso abierto»

Fuente. Noticias Universitat de Barcelona

Johan Rooryck, profesor de Filología Francesa en la Universidad de Leiden, ha sido nombrado impulsor del acceso abierto por la Coalición S. Este grupo, formado por veinticuatro entidades financiadoras públicas y privadas, de ámbito nacional, europeo y global, ha impulsado el Plan S, una iniciativa para que el acceso abierto entre en vigor en enero de 2021.

¿Cuáles son las líneas básicas del Plan S?

La idea base del Plan S es que todas las publicaciones académicas, que son el resultado de las becas de investigación y, en general, de investigaciones financiadas con dinero público, estén inmediatamente disponibles en acceso abierto con una licencia de reutilización. Ello puede hacerse publicando los artículos en revistas y plataformas de acceso abierto, o haciendo que las publicaciones estén disponibles de forma inmediata a través de depósitos en acceso abierto. No nos importa el color del acceso mientras que sea inmediato y sin embargo. En ese sentido, la Coalición S ha desarrollado una serie de políticas, e invitamos a cualquier organismo de investigación o universidad a formar parte de nuestra labor suscribiendo los diez principios del Plan S. Una organización que se sume a la Coalición S se compromete a implementar estos principios durante los próximos años, y nosotros le damos mucha libertad para ello.

¿Quién pagará las publicaciones en acceso abierto?

Uno de los puntos principales del Plan S establece que ningún investigador individual debería pagar el coste de las publicaciones en acceso abierto (principio 4). Varias partes interesadas pagarán por esas publicaciones. Muchos de los financiadores han aceptado pagárselas a las revistas y plataformas (gold open access). En otros casos, el coste de las publicaciones se pagará mediante acuerdos transformativos (transformative agreements) entre el consorcio de bibliotecas de la universidad correspondiente y las editoriales. Estos acuerdos son un contrato para convertir las suscripciones en pactos por los que los investigadores miembros de un consorcio universitario de bibliotecas tengan el derecho a leer todo el contenido de las revistas de las editoriales y también puedan publicar en ellas en acceso abierto. Este modelo está impulsado sobre todo por la organización alemana OA2020, con la que colaboramos.

¿Cómo puede afectar este plan al sistema de evaluación de la investigación, teniendo en cuenta que las revistas con mayor impacto no usan el acceso abierto? ¿Debería cambiar el sistema bibliométrico de evaluación?

En el principio 10, el Plan S apuesta explícitamente por cambiar el sistema de evaluación de la investigación: «En la evaluación de los resultados de la investigación, los financiadores se comprometen a valorar el mérito intrínseco del trabajo sin tener en cuenta el canal de publicación, su factor de impacto, o la editorial». Las organizaciones que se comprometen con el Plan S ya lo han hecho, por ejemplo, adaptando sus criterios de aceptación de ejemplares, y sin pedir a los solicitantes ninguna lista de sus publicaciones con los estándares internacionales (IFS), sino pidiéndoles solo sus cinco o diez mejores publicaciones y una explicación sobre por qué lo son: una evaluación más cualitativa que cuantitativa. Todo ello, en la línea de los principios DORA y las ideas formuladas en los Principios de Hong Kong para evaluar a los investigadores. Muchas universidades ya están cambiando su evaluación en esta dirección. Todo ello supone tiempo, pero estamos al comienzo de una pequeña revolución: dentro de diez años, probablemente estaremos en un mundo donde el lugar en que se publiquen las investigaciones será menos importante que el contenido de lo que se publique. Sobre las revistas con mayor impacto, piense que estas deben optar también por el acceso abierto. Por ejemplo, Springer Nature, en abril de 2020, decidió adoptar el marco de revistas transformativas para pasar las suyas al acceso abierto progresivamente. Otro caso ilustrativo es el acuerdo entre la Universidad de California y Springer Nature, también muy reciente, que permite a los investigadores de la Universidad poder publicar en las revistas de Springer Nature en acceso abierto.

 ¿Este plan también afecta a los datos? ¿Cómo debería ser el futuro de la ciencia abierta?

El Plan S no dice nada específico sobre los datos, porque primero hemos optado por centrarnos en los artículos. Lo hacemos así porque creemos que estos son la entrada principal para llegar a los datos: la información sin interpretación o sin análisis no nos sirve de nada. Sí creemos que los datos deberían ser completamente accesibles («tan abierto como sea posible, y tan cerrado como sea necesario»), es evidente. El acceso abierto es parte de un movimiento de ciencia abierta más amplio, por el que todos los aspectos de la investigación científica deberían ser tan accesibles como se pueda.

 ¿Qué entidades financiadoras se han sumado a este plan, que comenzará el 1 de enero de 2021?

Actualmente, tenemos veinticuatro organizaciones. Los financiadores nacionales europeos son el Fondo Austriaco para la Ciencia (FWF), la Academia de Finlandia, la Agencia Nacional de Investigación de Francia (ANR), la Fundación Irlandesa para la Ciencia (SFI), el Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia (INFN), el Fondo Nacional de Investigación de Luxemburgo (FNR), el Consejo Nacional de Investigación de los Países Bajos (NWO), el Centro Nacional de Ciencias en Polonia (NCN), la Agencia Eslovena de Investigación (ARRS), los consejos de investigación suecos FORMAS, FORTE y VINNOVA, y la organización de investigación e innovación UKRI (Reino Unido). Aparte de estos, también tenemos la Comisión Europea y el Consejo Europeo de Investigación, y las fundaciones como Welcome Trust, Bill & Melinda Gates y ASAP. Por último, contamos con la Organización Mundial de la Salud, el Consejo Superior de Ciencia y Tecnología de Jordania (HCST), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Zambia (NSTC), el Consejo Sudafricano de Investigación Médica (SAMRC) y la Academia Africana de Ciencias.

No todas las organizaciones comenzarán a implementar nuestras políticas en enero de 2021. Lo harán de manera gradual, porque existen limitaciones diversas a nivel nacional. Sin embargo, cada una de ellas se ha comprometido a hacerlo antes de 2024.